Como hijas de Dios debemos entender que Dios tiene un plan especifico para cada una de nosotras. Tal vez el plan que Dios tiene para ti no sea el que tu quieres, pero el mayor enemigo para llegar al destino que Dios tiene para ti es tu propia voluntad. Recuerda que para cumplir el propósito de Dios en nuestra vida lo primero que debes hacer es entregar tu voluntad al Señor como lo hizo Jesús en el jardín del Getsemaní.